DE LA LENTITUD Y EL OLVIDO
Escribo estas palabras en un cuaderno de mariposas llenas de brillo y color, lo giro y su luminiscencia cambia. Podría pasarme horas admirándolo. ¿ Sería capaz perfilar las grafías más adecuadas, el traje más certero para tal brillo y novedad?
Nos esperan…la lentitud y el olvido nos observan en la distancia y ataread@s como estam@s no percibimos su presencia.
En este sencillo ejercicio que emprendo intentaré practicar lo primero, y lastimar levemente lo segundo.
Me explicaré. En este mundo voraz y vertiginoso apenas tenemos tiempo de observar, observarnos, el mundo queda lejos o cerca, no apreciamos sus matices, devorando nuestra capacidad de mirar, de admirar, de contener, de asir, de intuir la belleza deteniéndonos un segundo en tanta maravilla.
Luis Landero , escritor extremeño al que admiro más cada día, cuando fue profesor invitaba a su alumnado “ Ahora que es tiempo de novedades, y antes de que descubráis que yo no tengo mucho que decir, que apenas soy un aficionado y antes de que mis palabras se conviertan en lluvia, quiero deciros que tod@s somos únic@s, que así como nuestras caras y huellas dactilares son distintas, así también el alma y nuestra forma de ver el mundo y de pensarlo y de sentirlo. Tod@s estamos condenad@s a ser originales”.
La descripción es costosa, supone concentración y en gran medida soledad.
Levantamos a nuestro paso revuelos de hojas, polvo e imágenes, sin saber si quiera dónde van a parar. Si estamos con ello perdiendo o ganando para nuestro ser, para nuestra existencia.
Tod@s hemos conocido a personas que nos inspiraron un oficio, una afición, una pasión, una entrega, incluso una renuncia, esas personas nos infundieron con su presencia, con sus palabras, pero sobre todo con su inclinación a mirar y compartir esa mirada, luciendo ésta sus más bellos y profundos atributos.
Como educador@s no podemos olvidarnos de aquéll@s , de tod@s aquell@s, que hicieron de este oficio, educar, un arte, un reto, un misterio, dándole a cada día una dimensión infinita.
No olvidemos pues, qué nos trajo hasta esta orilla, cómo se perfilaba la costa y ondeaba el mar, cómo la espuma crecía bajo la luz, cómo el sentimiento de profundidad atisbaba bajo nuestros pies, cómo los olores, los sabores, cómo los sonidos , cómo era todo en definitiva, y cómo es ahora. Cómo fuimos y somos, qué seremos.
Entretengámonos en descubrirlo, en descubrirnos.
Disfrutemos de la espera, como amantes, de lo intuido de lo ansiado, de lo conocido, de lo inesperado.
Es ahí la lentitud deseada. Ójala te encuentre.
El olvido queda en lo individual. Todo y nada puede pervivir en nosotr@s.
En colectivo pierde su poder, porque entre tod@s construimos día a día.
Nos necesitamos más que nunca para estos futuros inciertos que nos aguardan. Las criaturas nos miran, pues es su mirada más intensa buscando respuestas, l@s adult@s tenemos pesares, miedos, confusiones. Necesitan un futuro, lo necesitamos. Necesitamos reavivar los valores de la ética de la Anarquía, vivir en solidaridad, igualdad, libertad, aspirar a una felicidad en toda su profundidad y rebeldía.
Josefa Martín Luengo invocó ambas luchas, la lentitud y el olvido, ambos retos, combinándolos al mismo tiempo con una gran actividad, a veces impaciente y veloz, nunca vertiginosa, siempre plasmada y compartida en sus escritos, alojándonos a quienes tuvimos la inmensa fortuna de conocerla en ese territorio sutil y concreto, de percepción y pensamiento, en el camino de la utopía y la armonía. Al pie de la libertad , a 2 manzanas de ti, a un paso del nosotr@s.
Irisando mariposas, soñando palabras, luchando madrugadas y atardeceres.
Pepita, cómo añoramos tu mirada!!
Colectivo Paideia
ABRIL 2021